Rondaban las 10.30 horas locales cuando la selección de Portugal aterrizaba en el aeropuerto de Johannesburgo. Bajaron del avión con un despliegue de agentes de seguridad excesivo para escoltar a Cristiano Ronaldo.
Sin embargo, la selección portuguesa no había terminado su viaje y tras 113 kilómetros llegaron a Magaliesburgo. Almorzaron y el seleccionador Carlos Queiroz puso a sus hombres a entrenar por primera vez en tierras africanas. Fue en las instalaciones de Bakker School donde el combinado luso se llevó la sorpresa, ya que 4.000 hinchas presenciaron la primera sesión de Cristiano Ronaldo, aclamado por el jubiloso público. Y es que muchos de los seguidores de Portugal viajaron durante más de 40 días en coche por África atravesando países como Sudán, Tanzania o Mozambique.
Aparte de Cristiano Ronaldo, otro jugador del Real Madrid se llevó todas las miradas y gritos de la afición: Pepe, que regresa tras su lesión. Para agradecer el apoyo, una vez finalizado el entrenamiento los futbolistas desplegaron una pancarta en el terreno de juego dedicada a todos los hinchas que les acompañan en Sudáfrica.
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